Un día como hoy pero de 1804 nace en Maracaibo, actual
Venezuela, Domingo Del Monte y Aponte.
Se le conoce como el primer
crítico profesional de la Isla. Famoso por sus
tertulias, en la que se reunían las principales figuras literarias de la época
y donde se leía la obra de todos los que participaban. Entre los principales
asistentes se encontraban José Manuel de Cárdenas,
Domingo Del Monte y Aponte |
Domingo María de las Nieves del Monte y Aponte, conocido
como Domingo Del Monte, nace en Maracaibo, actual Venezuela el 4 de agosto de
1804, su padre, Leonardo del Monte y Medrano, fue Oidor de la Real Audiencia de
Santiago de Cuba.
En 1809, a la edad de cinco años, Domingo fue a Cuba con
su familia y se trasladó años después a La Habana donde permaneció la mayor
parte de su vida. Comenzó los estudios en el Seminario de San Carlos y San
Ambrosio, en el que tuvo por maestro al presbítero Félix Varela.
Más tarde, en 1820, comenzó a estudiar derecho en la
Universidad de La
Habana. Hablaba cinco idiomas: francés, inglés, italiano, portugués y latín. En 1925, en virtud de haber sido nombrado funcionario judicial en la Audiencia de Matanzas pasa a residir en la capital yumurina. Entre los años 1826 y 1827 ejerció como abogado en el bufete de Nicolás Manuel de Escobedo y posteriormente, en 1827, viajó por Europa y Estados Unidos.
Habana. Hablaba cinco idiomas: francés, inglés, italiano, portugués y latín. En 1925, en virtud de haber sido nombrado funcionario judicial en la Audiencia de Matanzas pasa a residir en la capital yumurina. Entre los años 1826 y 1827 ejerció como abogado en el bufete de Nicolás Manuel de Escobedo y posteriormente, en 1827, viajó por Europa y Estados Unidos.
Su vida intelectual fue muy intensa, dentro de ella lo
mejor son su Romances Cubanos, y lo mismo puede decirse de su influencia sobre
el movimiento intelectual de la época en Cuba. Del
Monte fue uno de los
primeros en vislumbrar la excelencia de José María Heredia, al escribir en El
Revisor Político y Literario que la auténtica lírica cubana se iniciaría con
este nuevo poeta. Lamentablemente, la obra escrita de Domingo del Monte no es
hoy muy conocida, porque poca se ha reimpreso.
La mejor parte se halla quizá en la Revista Bimestre de la
Isla de Cuba (1831-1834), órgano de la Sociedad Económica de Amigos del País,
de la que fue uno de sus principales animadores.
Ante el fracaso de su gestión para lograr que se creara la
Academia Cubana de Literatura, surgieron las famosas tertulias, en las que se
leían las composiciones de sus asistentes y se les criticaba para mejorarlas.
Entre los concurrentes habituales de tan intelectuales
encuentros figuraban José Jacinto Milanés y Juan Francisco Manzano, un poeta
negro que había conseguido su libertad del yugo esclavo gracias al organizador
de estas reuniones. Fue director de la Revista Bimestre de la Isla de Cuba
(1831-1834), en donde publicó una pequeña parte de su amplia producción
literaria.
Su epistolario fue publicado por Domingo Figarola-Caneda
(publicó los tres primeros tomos) a partir del año 1923, con el nombre de
Centón Epistolario, mientras que los dos tomos restantes sufrieron una prolongación
por parte de Joaquín Llaverías, primer director del Archivo Nacional de Cuba.
También fue editor de La Moda o Recreo Semanal del Bello
Sexo en el 1829 y El puntero literario, en el 1830, y miembro de la Sociedad
Económica de Amigos del País como socio numerario y se sitúa al frente de la
Sección de Educación y posteriormente ostentará la Secretaría de la Sección de
Literatura.
A fines de 1934 contrae matrimonio y pasa a residir
nuevamente en la ciudad de Matanzas donde desempeña el puesto de Auditor de los
Reales Consejos. En esta ciudad es electo Secretario de la Diputación
Patriótica, será entonces cuando de conjunto con Tomás Gener propiciará la
fundación de la Biblioteca Pública de Matanzas
Se le conoce como el primer crítico profesional de la Isla.
Creó un famoso sistema de tertulias, en el cual se leía la obra de todos los
que participaban, hasta incluso las pruebas de galera. Entonces se realizaban
críticas constructivas, con objeto de mejorar la redacción de las obras
expuestas.
Entre los principales asistentes a estas reuniones se
encontraban José Manuel de Cárdenas, José Jacinto Milanés y Juan Francisco
Manzano. Los trabajos de crítica literaria constituyen lo fundamental de su
obra.
Aparecieron en diversas publicaciones de la época, bien fueran
en periódicos o revistas. Entre ellos, los principales fueron El Revisor
político y Literario, El Plantel, La Moda, La Revista Bimestre, El Aguinaldo
Habanero, El Mensajero Semanal, el Álbum y El Puntero Literario.
Debido a las acusaciones que le fueron impuestas con el
motivo de haber participado en la Conspiración de la Escalera, abandona Cuba en
1845 trasladándose a la ciudad española de Madrid, donde fallece ocho años
después, el día 4 de noviembre de 1853.
Pasado un año, sus restos fueron trasladados a La Habana.
Las huellas de este destacado mecenas pueden verse aún en la capital cubana: el
Palacio de Aldama, construido alrededor de 1845.
En él vivieron Del Monte y el acaudalado don Miguel de
Aldama con sus respectivas familias hasta que el gobierno español se las
apropió en 1876, en represalia por la participación de ambos en actividades de
apoyo a las luchas independentistas.
Desde 1987 funciona en la lujosa
mansión el Instituto de Historia de Cuba. Y en el conocido hotel Ambos Mundos,
donde vivió durante siete años el novelista estadounidense Ernest Hemingway,
puede visitarse el Salón Del Monte, con el que se rinde tributo al ilustre
promot
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