El boletín de la Asociación Cubana de
Bibliotecarios; valoraciones y expectativas de sus usuarios es el título de nuestra sugerencia de hoy para ustedes por parte de los
especialistas, el Dr. José Luis Rojas Benítez y la Lic. Sunia Rivas Serrano. ¡Disfrútelo!
Bulletin of the Cuban
Librarians Association; evaluations and expectations of its users
Resumen: Se alcanza un sustento
informativo para la propuesta del diseño de la nueva versión del boletín de la
Asociación Cubana de Bibliotecarios; para ello, se analizan críticamente los
distintos ejemplares de boletines conservados en los archivos de la asociación teniendo
en cuenta, básicamente, los objetivos declarados del mismo en relación con sus
secciones y los contenidos de estas.
Como complemento, se aplica un cuestionario
a una muestra estratificada de los usuarios de este producto informativo con el
fin de conocer las valoraciones que tienen de él, en relación con sus necesidades
y expectativas, así como las propuestas que puedan aportar con el fin de elevar
el nivel de satisfacción de dichos indicadores. Estos resultados serán tenidos
en cuenta para sustentar una propuesta de un nuevo diseño del boletín de la
Asociación Cubana de Bibliotecarios.
Introducción
Desde los tiempos más remotos los seres humanos se han agrupado
atendiendo a particularidades que les son comunes y que pueden ser de la
naturaleza más diversa ya que van desde cualidades más funcionales como la
ocupación profesional que califica al grupo, hasta las de mayor intimidad como
los intereses y sentimientos de sus componentes. Todo lo anterior, reafirma que
es innegable el importante papel que han desempeñado las agrupaciones en el
propio desarrollo de las sociedades. Los grupos sociales han encontrado en el
establecimiento de estas asociaciones una forma natural y efectiva que les permita,
entre otras posibilidades, dar a conocer sus aspiraciones y defender sus
derechos.
La Real Academia de la Lengua Española en su Diccionario (2012)
define una asociación como el “conjunto de asociados para un mismo fin y en
su caso, persona jurídica por ellos formulada. Figura que consiste en decir de
muchos lo que solo es aplicable a varios”, mientras que define al asociado como
la persona que forma parte de una asociación.
Buonocore (1976) en el Diccionario de Bibliotecología la identifica
como: “una entidad formada por un conjunto de asociados o socios para la
persecución de un fin de forma estable, sin ánimo de lucro y con una gestión
democrática”.
Gassol de Horowitz, refi riéndose a los grupos de afi nidad
ocupacional, planteaba que: “El gremio es, sin lugar a dudas, uno de los
mecanismos sociales más antiguos para reforzar la identidad de una profesión, ocupación
o vocación, ejercer presión sobre el resto de la sociedad y proteger intereses
comunes”.
(Gassol de Horowitz, 199. p. 11) Los grupos y colectivos precisan
de respuestas a determinadas necesidades, como grupo o colectivo que conforman
y esto lo materializan a través de las asociaciones que se crean en función de
las peculiaridades que caracterizan a los que las componen.
Se construyen democráticamente, sin ánimos de lucro,
independientes del estado, partidos políticos u organismos gubernamentales y se
rigen por objetivos, normas, códigos y principios propios de cada una, en
función de sus necesidades e intereses.
Entre los factores de marcada importancia para el desarrollo de
las asociaciones se encuentran los procesos informativos y comunicativos, tantos
internos o externos. Una herramienta que pueden utilizar las asociaciones para
el desarrollo de estos procesos la constituye el boletín informativo. Estos productos
conforman un importante eslabón en la vida de toda asociación, pues mantienen
la comunicación entre sus miembros, notifican sobre las diferentes actividades,
servicios, eventos, etc.
En el caso de las profesionales, pueden hacer visibles las
investigaciones y la producción científica, propagar publicaciones, así como
otros beneficios que puede ofrecer esta entidad a sus asociados; logrando así,
en general, mejorar la interrelación entre sus miembros, fortalecer la
identidad de la asociación y propiciar el desarrollo de la profesión a la que
responda la asociación.
“Obviamente no existe una receta mágica que
garantice cien por ciento el éxito en un proyecto de esta naturaleza, pero sin duda
el desarrollo de un proyecto elaborado en las mejores condiciones que maximicen
sus probabilidades de éxito es una mejor alternativa”. (Voutssás, 2012.
p. 73)
Desde que la Bibliotecología comenzó a desarrollarse como
disciplina científica, sus profesionales han manifestado un enorme interés por confrontar
ideas, trabajar en grupos y socializarse, con el fi n de obtener logros comunes
en el desarrollo de la profesión.
En estos tiempos, esta necesidad ha aumentado
considerablemente, pues la sociedad crece cada vez más en información, lo cual conlleva
a que los profesionales en la materia se vean inmersos en grandes retos para su
desarrollo.
La American Library Association (ALA), fundada en 1876, marcó los
inicios de las agrupaciones de bibliotecarios y, a partir de esta, en la medida
que la ciencia de la Bibliotecología se iba desarrollando, también se
desarrollaron las asociaciones de sus profesionales. De este modo, las
distintas asociaciones constituyen una oportunidad para enfrentar esta
situación existente en el campo bibliotecario.
En el caso de Cuba, el surgimiento y desarrollo de asociaciones
bibliotecarias se remonta al periodo republicano. Algunas de ellas fueron: la
Asociación Bibliotecaria Cubana, la Federación Nacional de Bibliotecas
Públicas, la Asociación de Amigos de la Biblioteca Nacional, la Asociación
Bibliográfica Cultural Cubana y la actual Asociación Cubana de Bibliotecarios
(ASCUBI).
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